Ñ


Hoy comemos de cuchara, extiende el mantel de hilo. Tú sí que hueles raro. Estoy cocinando un caldo de cultivo con algunas ideas hervidas que se iban a poner malas. Verás qué delicia de sopa de letras, te vas a chupar los dedos. ¿Prefieres alimentarte de melancolía, otra vez? Porque esto es lo único decente que te puedo ofrecer, después del desastre. Entonces, lávate las manos, deja de gruñir y pon la mesa.

Musas


La política me está jodiendo el jardín de musas. Y el crujido de quijadas rígidas elevándose al cielo con resignación, buscando el paraguas de la lluvia, no ayuda a escuchar las voces debilitadas. Por una vez que es el dedo quien allana el terreno al desierto, y tan fácil de ver la excepción en el contraste. Me sobran pozos para resistir aunque el mundo se pare, ese no es el problema, he buscado unas Martens con flores rojas bordadas y puedo cruzar veinte mares de virutas con ellas, pero cuando el acero cubra todas las rendijas, no quedarán caminos por los que regresar siquiera. Se habrán asfixiado y dará igual hacia dónde mirar, no te importarán mis mierdas y a mi tampoco las tuyas.