CRÓNICA


Su sonrisa me atraviesa como un trolebús fantasma de cinco pisos, un día tras otro, hace tiempo que mis huesos son polvo, me llamo y nadie responde, no puedo contenerme, me derramo por los ojos, por la boca, por las puntas de los dedos, la quiero, hoy esta especialmente radiante, así la quiero, la quiero mía.

- ¿Te ayudo con las bolsas? Ninguna molestia. Insisto.

2 comentarios:

FJavier dijo...

"Los que no sabemos pintar pero amamos la pintura visitamos las pinacotecas con la boca abierta, los que amamos la poesía y no sabemos escribir la disfrutamos con la boca abierta,... así, así te leo, con la boca abierta..."

(Cualquier día una mosca me dará un disgusto)
;)

Jezabel Montenegro dijo...

La maravillosa capacidad para sorprenderte con una menudencia es mérito tuyo. Javier, gracias.