Siempre les hago una portadita en PowerPoint y al tentón, no doy para más, pero con cariño. Es una cosa entre ellos y yo, me gusta cuidarlos. Están vivos en un universo paralelo de fraggies, yo soy el viejillo del mundo conocido a las puertas de Fraguel Rock.
Le he preguntado si podía rellenar con un adorno una esquina descompensada en la entrada a su sistema dinámico complejo, me ha contestado que soy una humana ridícula como toda mi especie y que no interfiera con mis movidas, que ya lo hundí en la miseria la vez que intervine en aquel conflicto que se le vino encima y, lagarto, lagarto, una y no más, Santo Tomás.
Lo he tomado por un 'sí'.
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