Las señales acústicas de los servicios de emergencias me desconciertan.
Antaño, en la era A.C. (Antes del Coronavirus), cuando escuchaba una
sirena sabía que algo grave había ocurrido o estaba a punto de suceder, normalmente lo primero, no nos engañemos, que después de la guerra todos son generales. Pero ahora desconozco si el problema es que están reventando a alguien,
tomando vermut en la azotea, quemándose una casa,
comprando de tres en tres, allanando una morada, sufriendo un atentado, homenajeando o
felicitando un cumpleaños. Si usáis el método Pavlov para que masque la
tragedia a golpe de sirena, por favor, no me cambiéis los códigos de un día para
otro, pues me debato entre aplaudir, ponerme a salvo o merendar a la sombra de un estrés postraumático. Además, duermo muy mal porque no siento velados mis sueños. Que estáis
los custodios del sistema muy anarquistas y mucho anarquistas. Malditos personajes secundarios rebelándose.
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