¿Soy yo, o está la cosa muy loca?



Hasta ahora, la humanidad parecía seguir la escaleta integral con exasperante meticulosidad, conduciendo la trama hacia un previsible, desastroso y apocalíptico final. Pero, últimamente, tengo la sensación, y estoy bastante fascinada con la idea, de que algunos personajes se están rebelando a las estructuras. A partir de ahí, cualquier cosa puede ocurrir, no solo lo improbable, también lo imposible. La verosimilitud ya no es condición necesaria. 

Tengo faenas empezadas y un poco de TDAH, así que cedo la idea: los personajes secundarios del guion de una superproducción gringa se rebelan contra la escaleta que los asfixia en vidas estereotipadas y deciden construir su propio destino. El protagonista, machirulo poderoso y Dios del cliché que representa al guionista, ya lo siento, trata de impedirlo. Los secundarios no dudan en aliarse y cruzar la cuarta pared buscando ayuda para lograr su objetivo.

Fluyamos, hermanas.


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